Dunas de Concon

Este fin de semana fuimos a correr a las Dunas de Concón (Ver Figura 1), que se encuentran en la costa de la ciudad con el mismo nombre, en la Región de Valparaíso (Ver Figura 2). Las dunas son un buen lugar de entrenamiento para corredores de montaña y de calle, nos permite trabajar la fuerza y la potencia muscular sin dejar de lado el trabajo aeróbico, ni la emoción de bajar a toda velocidad.

Figura 1: Huellas sobre las Dunas de Concón, con el mar de fondo (Fotografía tomada por uno de nosotros).

Además de ser un buen lugar de entrenamiento, las dunas son un claro ejemplo de varios procesos geológicos y es interesante observar cómo interactúan entre sí.

Podemos tratar de buscar de dónde sale tanta arena, y veremos que probablemente haya más de una fuente y que el camino para encontrarla sea más largo y complicado de lo esperado. En Chile, se pueden encontrar en diferentes ambientes, como en el Desierto de Atacama, en zonas cordilleranas y en este caso en el borde costero (Figura 2).

Figura 2: Ubicación de las Dunas de Concón. En la imagen de más a la derecha la flecha roja indica la dirección predominante del viendo (Imágenes modificadas de Google Earth).

Los ríos arrastran hacia el mar una gran cantidad de sedimentos (Ver Figura 3), que pueden venir desde tan lejos como la Cordillera de los Andes, unos 200 km hacia el este de su desembocadura en el Océano Pacífico. Ahí hay diferentes factores que erosionan las montañas, como el viento, el agua, el hielo, la nieve, la gravedad y la acción de plantas, bacterias y animales, incluyendo a los humanos. Todos ellos van fracturando y reduciendo las rocas, que finalmente van llegando a las zonas más bajas a través de diferentes medios de transporte, como avalanchas de roca, afluentes de ríos, arrastre en glaciares, caída libre, etc. En su viaje hacia el mar se van sumando otros sedimentos, desde la cordillera de la costa, desde el lecho del río, desde otros tributarios y, lamentablemente, desde las ciudades y asentamientos humanos, al mismo tiempo que algunos se quedan atrás porque son muy grandes y/o pesados como para que el río pueda arrastrarlos. Además, la acción de las olas erosiona las rocas del litoral, generando aun más material fino.

Figura 3: Ejemplo de una desembocadura aportando una gran cantidad de sedimentos al océano (Fotografía tomada de elpais.com). Corresponde a la desembocadura de un río en Brasil, con una alta carga de sedimentos, debido a la rotura de los muros de contención de desechos mineros de la Mina Gerais.

Eso permite que haya zonas con gran cantidad de arena disponible, que es nuevamente transportada, ahora por el viento (transporte eólico) que generalmente viaja hacia el nor-este, y se acumula en ciertas zonas protegidas, en las cuales el viento pierde un poco de fuerza y deposita el material que antes arrastraba. Al mantenerse este proceso por un tiempo prolongado, se forman las dunas.

Las dunas, están lejos de ser estáticas, están en constante movimiento, en constante formación y en constante erosión. Uno se puede parar en la cresta de la duna y va a ver cómo el viento arrastra arena. También se puede ver en las calles, estacionamientos y balcones cómo la arena sigue su viaje en la dirección del viento. Hay zonas en las que la vegetación estabiliza las dunas, deteniendo o estabilizando su avance. Si destruimos esa vegetación, podemos causar que las dunas vuelvan a moverse, lo que puede resultar en graves problemas, como el corte de caminos, que se ensucien constantemente los lugares que habitamos y en casos extremos podrían llegar a tapar vehículos o construcciones (Ejemplo de problemas por avance de dunas en el sur de España: https://www.20minutos.es/noticia/1542618/0/duna-valdevaqueros/aisla/500-vecinos/).

¡Están todos más que invitados a disfrutar de un buen entrenamiento en las dunas!

Si quieren saber más acerca de este u otro tema o de algún lugar en el que les guste correr, no duden en dejarnos sus comentarios.

Saludos!